La historia de la ciudad se remonta hasta la época precolombina cuando el actual territorio villavicense se encontraba ocupado por los indígenas guayupes, luego, hacia 1740 los jesuitas fundaron la Hacienda Apiay en la cual había presencia de guayupes y tribus vecinas hasta 1767 cuando por motivos de la expulsión de la Compañía de Jesús los terrenos de Apiay fueron adjudicados por la Corona Española a Basilio Romero.
El 6 de abril de 1797 los hermanos Jacinta y Vicente Rey compraron la hacienda al señor Antonio Romero por una suma de 50.000 pesos y la heredaron sus hijos quienes vendieron sus derechos de propiedad, dando así, origen a los comuneros de Apiay.
Por su situación geográfica se convirtió en trayecto obligado de comerciantes y ganaderos que se desplazaban desde Quetame y Fosca (actuales municipios del Departamento de Cundinamarca), además, desde 1836, atraídos por la fertilidad y ubicación de las tierras, empezaron a llegar colonos que se establecieron en el territorio. El 6 de abril de 1840 fundaron de facto de un caserío sobre la margen derecha del caño Gramalote que le dio nombre a la población. La fundación fue efectuada por los comerciantes Esteban Aguirre, Santos Reina y su familia. Los documentos más antiguos conservados que reconocen oficialmente la fundación de la ciudad datan de 1842.
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